(Para Ana Mª Peña, compartiendo días y horas)
Se nos esconde el mar,
se nos encarna
el hielo
en las costillas.
Cosecha de guijarros
y temblor
de horas cosidas
con alambre.
La luz está detrás
de un siglo de montañas.
Pero esta lluvia incendia
nuestros ojos.
El cielo se cuartea
en la almohada.
y cúpulas de cuervos
nos ciegan
los cristales.
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